A razón de este fin de semana que me toco estar en la emergencia de una reconocida clínica de este país, con una círugia para mi hijo menor, y con profunda tristeza esto observe!.
"Del latín patĭens (“padecer”, “sufrir”), paciente es un adjetivo que hace referencia a quien tiene paciencia (la capacidad de soportar o padecer algo, de hacer cosas minuciosas o de saber esperar).
Deshumanizar es una palabra que tiene su origen etimológico en el latín. Y es que es fruto de varios componentes de dicha lengua claramente delimitados: -El prefijo “des-”, que indica la inversión de la acción. -La palabra “humanus”, que significa “perteneciente a la tierra”. -El verbo “izare”, que puede traducirse como “convertir en”.
"Muchas veces se vincula la deshumanización a la pérdida de los valores éticos y de la sensibilidad. Una persona se deshumaniza, por ejemplo, cuando se vuelve indiferente al dolor del otro. Puede decirse que la actitud de aquel que pasa caminando al lado de un moribundo y no se detiene para ayudarlo es el resultado de su deshumanización.
La sustitución de los valores tradicionales por aquellos otros propios de la sociedad globalizada ha contribuido a cambiar el paradigma de la salud, afectando indirectamente al acto médico y su máxima expresión: la relación médico-paciente. Esto ha cambiado también tanto la percepción del humanismo ligado al imperativo hipocrático basado en el 'arte de curar', como la autonomía intelectual del médico y su capacidad de autorregulación en un marco ético de deontología social. La existencia de terceras partes en el ámbito de la salud (sistema público de salud y empresas sanitarias privadas), especialmente en un contexto de crisis económica prolongada, también contribuye a desvirtuar la esencia propia del acto médico y de la relación médico-paciente, sometiéndolas a intereses ajenos a los tradicionales. Así, los objetivos clásicos del desempeño profesional se han reorientado hacia una relación costo-beneficio que permita un mayor rendimiento en términos de salud con el menor gasto posible, aunque ello suponga sacrificar la calidad humana de la asistencia.
La medicina, que es una profesión de compromiso social, termina convirtiéndose en un oficio destinado a disminuir costos o a generar mayores márgenes de rentabilidad. El médico, a su vez, corre el riesgo de transformarse en un operario cualificado para el cumplimiento de una jornada laboral.
Como se dice en Catarsis, “la enfermedad es una confesión del cuerpo” y además, “existen vínculos misteriosos entre el organismo humano y la energía del espíritu”. La deslealtad con los pacientes consiste en no atenderlos de una manera integral (cuerpo, mente y espíritu), para lo cual en primer lugar haría falta dedicar un tiempo no excesivo a la escucha de lo que el enfermo manifiesta y a que el doctor entrase en una mínima ‘resonancia’ o sintonía con su cliente. Un tiempo para una ‘escucha con corazón’ donde el profesional experimentado se haga una buena idea de la enfermedad a la que se enfrenta. “Los médicos llaman anamnesis a la primera conversación con el enfermo…..evocando a Platón”, se lee en Catarsis. “Para Platón, la anamnesis era un conocimiento previo que se anticipaba a la percepción…..El médico debe sentir curiosidad por oír la historia para que el enfermo note, tal vez por primera vez en su vida, que alguien está realmente interesado por su infortunio”. “A veces ocurre que, donde las medicinas más potentes fallan, las palabras ayudan”, dice Szczeklik. Hoy en día parece no haber más tiempo que el imprescindible para un somero análisis de la patología, un sucinto diagnóstico y la prescripción del fármaco correspondiente. La relación a tal mal tal remedio, es completamente lineal y no atiende a la complejidad del cuerpo humano y a las interrelaciones entre sus partes.
La consecuencia más grave es la cada vez más frecuente iatrogenia. Este término define cualquier tipo de alteración dañina del estado del paciente producida por el médico o por otros profesionales vinculados a la salud, como los terapeutas, psicólogos, farmacéuticos y enfermeros. Aumento también debido a la creciente especialización, cuando ésta desatiende la interrelación entre las diferentes partes del ser humano y al cuerpo como un todo. Me decía una doctora que hace años se le partió el alma cuando su padre, médico rural, le dijo: “La medicina de los próximos años se va a especializar en exceso, el médico de familia va a remitir a los pacientes al experto del corazón, del pulmón, del riñón, etc. Ya no será el individuo el que visite al doctor, será el órgano el que vaya al especialista”.
Lo anterior, la aparición de las llamadas ‘enfermedades raras’ que afectan a un creciente número de personas y, como se dice en Catarsis, “la impotencia del médico…cuando no es capaz de identificar la enfermedad, cuando no entiende la ‘confesión del cuerpo’, cuando no encuentra respuesta a la pregunta de por qué ocurre lo que ocurre, cuando no sabe ayudar…”, empujan a la ciudadanía a buscar alternativas para tratar sus problemas de salud. Citando a Szczeklik, “esa impotencia deja de ser un asunto personal, pues afecta al enfermo y a sus familiares. La sociedad entera resulta herida. Y, como sucede a menudo en casos semejantes, quien no encuentra salvación en la medicina convencional la busca fuera de este ámbito: entre los curanderos”.
Todos estamos interesados en procurar que los médicos puedan ejercitar su profesión con el arte y la humanidad necesarios. "
Todo esto viene de mi experiencia este fin de semana en un centro medico muy reconocido del país, observe desde las secretarias hasta las enfermeras y terminando en los médicos la falta de empatía con otro ser humano, como todo se rige ya por como me siento, el dinero y darme pronto en los procesos. A donde se fue el factor humano?...uff
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*Varias fuentes tomadas para este articulo.
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