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¡DOWN! Sobre el síndrome disfórico premenstrual y los dones.

Actualizado: 2 feb 2020


El artículo de esta semana es un mix es sobre la depresión, los dones y el síndrome disfórico premenstrual, tal vez pueda darle respuesta a estas pacientes que andan sumidas en depresiones y medicamentos, o en psiquiatría, que no han podido detener el padecimiento.

La palabra depresión proviene del término latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”).


Los Dones

"Carl enfatizaba la conexión funcional entre la estructura de la psique y la de sus productos (manifestaciones culturales). Tuvo una gran influencia en el desarrollo del análisis de los sueños.

A pesar de su gran éxito en la práctica psicológica, su gran casa y su familia, en 1913 (cuando Jung tiene 38 años) y con una carta en la que Freud manifiesta sus deseos de finalizar toda colaboración y amistad, es cuando se supone que Jung inicia su conocida crisis vital.

Esta ha recibido muchos nombres: enfermedad creativa, descenso al inframundo, auto deificación narcisista, crisis de la media vida, momento trascendental… El nombre no es lo importante, lo importante son las características de este episodio. Fue en esta época cuando Carl Jung empezó a sufrir visiones y oír voces.

Como buen psicólogo que era pronto se preocupó de estar sufriendo una psicosis o ser perseguido por el “demonio de la esquizofrenia”. Pero más tarde atribuiría este período a una confrontación con el inconsciente, como la que derivaría de un experimento cualquiera con mezcalina.


Durante 6 años Jung trabajó para que su mente no bloqueara esta “salida de contenidos del inconsciente” que sin duda era un mensaje que él debía entender (o eso creyó él). Llegó a un punto en el que cualquiera que fuera la ocasión, si tenía un momento libre en casa (después de cenar) se sentaba a “inducir” estas visiones que él llamaba “imaginaciones activas”. Como buen científico que era lo grabó todo en papel, primero con notas, luego analizándolo todo con un tono muy profético en lo que se ha conocido como el “libro rojo” (un gran libro de piel rojo). Así, este libro narraba el gran viaje psicodélico a través de su mente. Era una progresión homérica de encuentros con personajes extraños en lugares cambiantes y curiosos. El libro narra la historia de Jung al intentar enfrentarse a los demonios que emergían de las sombras de su mente. Siendo fiel a su teoría, Jung creía en el análisis y la relación entre el consciente y el inconsciente, y que este podía tener un significado oculto que había que analizar.

Jung desarrollo lo que él llamo la “Metanoia” (proceso de auto reforma espontánea de la mente como método de curación y que explicaba, según él, la aparición de la psicosis), interpretaba el proceso psicótico como en ocasiones productivo, pues permitía el conocimiento de la mente en profundidad y facilitaba su sanación, era un proceso adaptativo".


¿Qué pasa con una persona cuando no asume sus dones o cuándo los niega?

En otro orden de ideas...

La mirada de la Decodificación Biológica para el trastorno disfórico premenstrual:

"La mujer que padece trastorno disfórico premenstrual ha interiorizado la creencia de que cuando fue niña no respetaron su espacio ni reconocieron su identidad por el hecho de ser mujer. Es más, achaca su fragilidad y baja autoestima precisamente a su condición femenina. Todo ello le ha llevado a rechazar su feminidad por los inconvenientes que ella considera que conlleva.


Estas situaciones emocionales son las que con mucha frecuencia alteran el ciclo menstrual de la mujer. El trastorno disfórico premenstrual no es la excepción sino la confirmación, extrema, pero confirmación; de ese rechazo de la propia mujer a su cuerpo, a su condición femenina y, por extensión, a su propia sexualidad por limitante y condicionante ante las normas intrafamiliares en las que ha crecido y las reglas sociales y culturales predominantes. Vive y siente todo ello con impotencia, como imposición.


El trastorno disfórico premenstrual manifiesta que la mujer cree que ha sido insuficientemente considerada e injustamente tratada. Se siente frágil, desamparada y vulnerable. Por eso es tan común que pierda toda motivación e interés incluso por cosas que antes habían resultado importantes para ella. Todo ello hará que caiga en sensación de bloqueo que acentuará sus miedos.


A la hora de tratar en terapia el trastorno disfórico premenstrual, es necesario analizar en detalle cómo fue la infancia y la adolescencia de la mujer, el ambiente familiar en el que creció y, sobre todo, la relación que tuvo con sus padres. Este trastorno responde a un conflicto emocional profundo que se gesta en la primera fase de la vida; pocas veces surge directamente relacionado con las circunstancias de su vida de pareja. Asimismo, es preciso hacer el estudio de su transgeneracional y de su proyecto sentido para conocer qué memorias inconscientes ha recibido en el momento de su concepción, ya sea de otras mujeres del clan o de su propia madre.


Memorias referidas a antecedentes de este mismo trastorno o a mujeres que vivieron situaciones de desvalorización, depresión, etc. Todo ello permitirá a la mujer afectada tomar conciencia de qué conflicto o conflictos emocionales están detrás de su trastorno disfórico premenstrual. A partir de ese momento estará en disposición de desactivar el conflicto en su inconsciente y, por tanto, liberarse de este malestar",

La consultante que me dio luz en esta combinación de temas, está siendo tratada con hormonas y psico-fármacos, y hace un trabajo interno de aceptar sus dones para ponerlos al servicio de la vida.

*Varias fuentes tomadas para este articulo.



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