La palabra depresión proviene del término latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”). Se trata de un trastorno emocional que hace que la persona se sienta triste y desganada, experimentando un malestar interior y dificultando sus
Interacciones con el entorno.
La depresión es uno de los trastornos afectivos más comunes que llegan a gravitar sobre la vida de los humanos, ya que afecta a las personas de todas las edades, sin importar su condición socioeconómica, y de todas las culturas y países. La pobreza, el desempleo, la mala calidad de vida, la muerte de un familiar, una enfermedad grave, hasta una ruptura sentimental, pasando por el consumo de drogas, alcohol y otras sustancias, pueden incrementar el riesgo de una depresión; esta puede aparecer en algún momento de la vida de la persona. Cuando la depresión no es tratada y se prolonga a través del tiempo, puede llegar a interferir seriamente con la vida laboral, académica, familiar y social de las personas que la padecen. De los trastornos mentales la depresión es la más frecuente en la población mundial; según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 300 millones de personas. Una buena parte de esta cifra está concentrada en América Latina y el Caribe, donde según la misma fuente, el 5 por ciento de la población la padece, y donde seis de cada diez depresivos no reciben tratamiento (OMS, 2017). En República Dominicana, el 4,7 de la población padece depresión (OMS, 2017), sin embargo, instituciones como la Sociedad Dominicana de Psiquiatría y el Colegio Dominicano de Psicólogos, en distintos escenarios, desde algunos años vienen hablando de cifras muy superiores a esta, señalando un incremento de un 30% en la prevalencia de depresión.
Veamos, antes de continuar, algunos de los síntomas a través de los cuales se manifiesta la depresión:
Tristeza, sentimiento de vacío.
Cansancio, pérdida de energía.
Pérdida de todo interés por casi todas las actividades.
Sentimiento de desvaloración.
Pesimismo, pensamientos negativos.
Rumiaciones ansiosas.
Insomnio o todo lo contrario.
Trastornos de concentración y de memoria.
Ideas suicidas.
No es lo mismo estar triste que estar deprimido. La tristeza en una persona no le impide levantarse todos los días, comer, andar, trabajar y tener amigos. Su vaso lo ve medio lleno porque a pesar de su tristeza, está en la vida. La tristeza se mueve en el ámbito psico-emocional y mental y puede estar ligada a la pérdida de un ser querido, por ejemplo.
La mira de las constelaciones familiares de Bert Hellinger nos lleva a mirar la depresión como una Sensación de Vacío Por la ausencia de uno de los padres. Esto deja una profunda huella en el alma infantil, que satisfacer por diferentes medios (adicciones, apegos, depresión). El dolor es desgarrador, pero no logra darse cuenta de dónde viene. La sensación de vacío, también puede venir de que la vinculación con los padres, es a través del reclamo y las exigencias. Aunque detrás de esa aparente rabia, se esconde un profundo amor de niño. La depresión es un sentimiento de vacío, no de tristeza o de dolor. Una sensación de vacío indica la falta de uno de los padres. Así, el corazón solo se llena a medias.
En mi consulta he podido ver casos asociados a la depresión el hecho de haberle sucedido un evento programante-traumantizante en la niñez y el no poder pedir ayuda-auxilio la voz y la emoción se quedan atrapadas en la sique del individuo, otros casos son duelos no cerrados.
En la depresión se vive un sentimiento de desesperanza, la agresividad no expresada o canalizada, se redirige hacia dentro, existe un temor tanto a la vida como a la muerte y la agresividad hacia uno mismo alcanza su máximo en el suicidio. Hay un sentimiento de culpabilidad, baja auto-estima, ideas y pensamientos negativos recurrentes.
El sufrimiento es tan fuerte que lo único que te pide el cuerpo es parar de sufrir.
Esto viene atado a experiencias tanto en la edad primaria como en el tras generacional por lo tanto se necesitan varios sesiones de terapia con el consultante para encontrar el biochok que detono este padecimiento en el presente.
Ahora bien la pregunta vital es saber si el consultante está dispuesto a parar de sufrir si tomo esa decisión realmente y si va a tomar un plan de acción para hacerlo diferente....porque hasta sufrir es opción valida.
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*Varias fuentes tomadas para este articulo.