El estudio sobre el amor que hace este psicólogo y filósofo humanista destaca por su enorme madurez, Erich Fromm, a través de su libro “El arte de amar”. Observando al amor como un arte, el cual es fruto de un aprendizaje previo. Entiende que es necesario cuidarlo y cultivarlo, para no interrumpir el proceso de aprendizaje en el amor.
“El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte, tal como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería”
-Erich Fromm-
En consulta pregunto "Que tipo de amor se programa en ti de los 0-7 años?". Tenemos la idea de ese amor platónico e idealista basado en ser feliz.. Pero realmente nos hemos sentado a valorar y revisar esa programación de amor recibida en la pequeña infancia.
Complejo de Electra, Complejo de Edipo, las violaciones intra-familiares, las pelas, los boches, y las caricias forman parte del repertorio de esta programación. Investigar como fue el embarazo de tu madre, que sentía cuando te tenia en el vientre, fuiste deseado o no?.
Recibimos nuestra primera programación de amor de manos de nuestros padres, de mamá o de pap, de nuestros familiares cercanos, la nana, el entorno social en donde curse mi niñez.
Si ese niño a esa edad lo que conoció fue violencia, entonces ese puede ser su estilo
de amar.
Como se logra la liberación. Una vez que el problema es identificado y aceptado, comienza el largo proceso de rehabilitación, que parte con tener que afrontar sus malas experiencias vividas, debe de una vez por todas guardar un luto por su dolor. El consultante tiende a pensar que no es capaz de tolerar la amargura de los sucesos, debido a lo traumático que resultaron estas experiencias durante su infancia, por lo que se le debe convencer que ya no es un niño, y que tendrá la fortaleza para afrontar esas situaciones. Irónicamente, este paciente suele haber desarrollado una gran fortaleza interna, debido a los años de represión, insatisfacciones y depresión, pero no están conscientes o convencidos de esto. El proceso de rehabilitación, si bien significa alivio, no es nada placentero ni rápido, la depresión se cambia por un estado de melancolía o pena. Se vuelven a presentar las emociones, más intensas que nunca, debido al tiempo que llevan contenidas. No es raro que el paciente tienda a desertar y a querer volver a la comodidad su estado anterior. Una vez superada esta etapa, se encuentra ante una situación de fragmentación interna. Por un lado tenemos el aspecto racional, muy desarrollado debido a que fue el dominante durante muchos años, por lo que el individuo presenta una elevada madurez a nivel laboral o intelectual. Por otro lado el aspecto emocional no se ha desarrollado completamente, debido a su negación, por lo que los sentimientos se presentan bruscos, indefinidos y desordenados, en una forma tan básica y primitiva como cuando se abandonaron en su niñez. El paciente oscilará entre un estado y otro constantemente, se sentirá incómodo y desconcertado (“no sé lo que debería sentir”), podrá resolver problemas de alta complejidad y asumir responsabilidades mayores a las que le corresponden, pero se agobiará con situaciones normales de la vida cotidiana. Se sentirá vulnerable y a la deriva hasta encontrar el equilibrio. Descubrirá en el camino sus gustos personales, sus aficiones, y seguramente alguna habilidad propia y no desarrollada por la necesidad. Probablemente reniegue de su habilidad sicoanalítica y la olvide, o aprenda a utilizarla sin que le signifique una carga. Comenzará poco a poco a establecer lazos de dependencia con otras personas o recuperará los perdidos. Finalmente el paciente quedará liberado para comenzar la búsqueda de su propia identidad, de su verdadero yo.
Sanar a ese niño es una cuestión SOS.
Solo por citas!.
*Varias fuentes tomadas para este articulo.